Existe
en Madrid un pequeño rincón, más bien escondido, como ya viene siendo costumbre
en esta ciudad. Cercano a la reconocida Escuela de Escritores (qué bonita
casualidad), hay un lugar, paradisiaco para algunos e impensable para otros, en
el que el amor por los libros está a la orden del día.
¿Eres
capaz de imaginarlo? Yo, personalmente no lo fui. Por lo menos, no hasta que
pude verlo con mis propios ojos; y es que yo soy mucho de aferrarme al dicho
‘si no lo veo, no lo creo’. Pero vamos a ver qué puedo hacer con este
escepticismo, si es que en ti también reside, principalmente para convencerte
de que debes hacerle una visita a
este lugar. Porque, hazme caso, así es.
Colaboración,
solidaridad, ilusión y una gran idea es lo que se esconde tras este proyecto, mejor
conocido como ‘Tuuu Librería’. Lo que lo hace especial es que todos pueden regalar. Tanto
tú, que donas tus libros más antiguos, como el resto de personas, que, haciendo
lo mismo, ponen a tu disposición cientos y cientos de otros títulos.
Como
ya he mencionado anteriormente, mi incredulidad era palpable la primera vez que
visité el lugar. Entré y lo primero que vi (por no decir lo único) fueron
centenares de novelas apiladas en decenas de estanterías. Desde cuentos
infantiles, a guías de autoayuda, pasando por reconocidos clásicos, títulos de
renombrados autores del género negro, e incluso algún ejemplar de literatura
juvenil encontraba su lugar allí. A primera vista, puede resultar un lugar
desordenado, e incluso confuso. Pero, ¿qué hay de la magia que desprende?
Paseando
entre las abarrotadas estanterías, me asaltaban diferentes pensamientos: ¿cuántas
historias diferentes podía ser capaz de encontrar allí? ¿Cuántos personajes,
valientes o cobardes, decididos o inseguros, héroes o villanos, estarían
dispuestos a darme a conocer sus aventuras?
Fue
justo en ese momento, cuando entendí que detrás de cada historia, hay una
segunda historia. Y, a veces, una tercera o una cuarta. Sobre todo en esos
libros antiguos, los de las portadas de piel, los lomos desgastados, las
páginas amarillentas, o los editados en el siglo pasado; aunque también en los
protegidos con forro escolar. Ninguno de ellos se limita a contar las aventuras
encerradas en sus páginas. Todos tienen algo más que narrar. Su propia historia. Como libros.
¿Dónde
nacieron? ¿Cuáles fueron las primeras manos que los abrieron? ¿Qué olor
desprendían en aquel momento? ¿Quién fue el primero en leerlos: un niño
curioso, o quizá un viejo sabio? ¿Cuánta imaginación permitieron florecer?
Cada
libro tiene tantas historias como lectores.
Esos
son los relatos que encierra esta librería. Esta es la verdadera magia que
desprende. Cada libro descansa esperando a que un nuevo lector lo descubra,
para proporcionarse mutuamente así, una nueva historia.
Una
nueva vida.